Todavía camino de puntillas cuando a las mañanas me recibe frío el suelo.
El día a pasitos cortos y el primer café siempre lento, entre cuatro secretos.
Aroma.
Otoño.
Detalles que son hilvanes.
Hilvanes que me recorren por dentro.
Sssssssh…
Qué nadie hablé.
Silencio.
Que todavía trato de ponerle cascabeles al viento.
Entre mis manos la mañana.
Yo soplo, cuento hasta tres y pido un deseo.